¡Hola!
Y encantado de que leas una noche de domingo más “De Fantasía a Realidad”, la newsletter donde tratamos de aterrizar ideas y fantasías al mundo real.
18h: bueno, no voy mal de tiempo, eso se hace rápido.
19h: habrá que empezar.
20h: mierda, esto es más largo de lo que parecía…
21h: escribe que te escribe, sin pestañear.
22h: ceno cuando acabe, no puedo perder tiempo ahora!
23h59: enviar. 📩
Si nunca has entregado un trabajo así en la universidad, no conoces la adrenalina.
¿Cuál es el origen de esta escena? 📊
99% no le dio la gana de hacerlo antes.
1% mismo motivo pero en cursiva.
💛 Nos encanta dejar las cosas para el último momento. Es algo intrínseco de la persona.
Obviamente no es lo mismo dejar hasta el último momento un trabajo de la universidad, que la declaración de la renta.
La consecuencia para la persona implicada puede ser similar, aunque aparentemente el grado de importancia varíe.
Para cada uno tendrá la importancia que tenga.
Yo mismo esta semana he dejado para el final un par de asuntos, uno no te lo voy a contar y el otro tampoco, pero me han dado bastante dolores de cabeza.
Y esa es una consecuencia directa de dejar las cosas para el final: que lo vas a tener que hacer igualmente, pero con mayor estrés y agobio.
En este pulso, ¿quién suele ganar? 💪
Yo soy el primero que atraso cosas, por ejemplo, escribir la newsletter. Ya puedo tener todo el sábado libre. Hay ocasiones que, aunque no tenga nada que hacer, en lugar de escribir, lo atraso.
Y eso me hace pensar: si lo atraso es porque no me siento cómodo escribiendo, y si no me siento cómodo escribiendo, y no me sirve para nada, ¿para qué sigo haciéndolo?
Así que si algún día no lees más capítulos: o le has dado a “dejar de recibir” y no te acuerdas, o lo he dejado.
Ya te digo que pivoto más que ando. 🚦
Pulso entre hacerlo y no.
Poco a poco voy acostumbrándome a hacer inmediatamente todo lo que tarde menos de 2 minutos en hacerse: escribir un correo, actualizar la web, anotar una idea, poner al día las cuentas…
☀🌧 Hay días más productivos, y días menos. Estaremos de acuerdo.
¿Cuándo tira más fuerte el muñequito de “Hacer”?
Cuando lo que hay que hacer te gusta (aunque ahí no te planteas el no hacerlo, lo haces porque te gusta), o cuando hay una motivación bastante fuerte por acabar o hacerlo.
¿Cuándo tira más fuerte el muñequito de “No hacer”?
Un detonante clave para este muñequito se llama: notificaciones. 📲
Son un chute de fuerza para que el muñequito de “No hacer” tire más fuerte. Lo que se tarda en coger el móvil, desbloquearlo, deslizar la pantalla superior, ver que no es nada interesante y volverlo a bloquear, suelen ser 4 segundos, más rápido que una parada en boxes de un Fórmula 1.
La consecuencia después de eso puede ser diez minutos de distracción. O una hora…
Si te está gustando lo que lees, termina y pásalo.
Hasta arriba
Hasta arriba de cosas por hacer, no tengo tiempo, no me da la vida, que estrés, que de trabajo…
Y así se puede pasar el día entero.
Esta semana estoy perezoso, bastante perezoso.
Y me resulta más sencillo dibujar que comerme la cabeza escribiendo. Aunque creo que los moñigotes son bastante descriptivos y que el mensaje es claro, ¿no?
Además, he empezado a compartir estas y otras imágenes del estilo en Instagram. No es que me guste mucho la plataforma, y más con los cambios que está haciendo; pero creo que es la indicada para el proyecto.
Así que aprovecho y practico.
🔓 Para desbloquearme y seguir avanzando: hice una lista de cosas que podía hacer y quitarme rápido (la famosa lista de parásitos), y fui haciendo y tachando.
La satisfacción que te da ver un listado de tareas completado… con que ganas se va a empezar el lunes.
Gracias por leer De Fantasía a Realidad.
Si te ha gustado el capítulo, puedes darle al ❤ y compartirlo con alguien que pueda gustarle.
Me gustaría saber qué muñequito tiene más fuerza en tu día a día, y a cuál alimentas más.